Ofició nuestro querido párroco, don Rogelio, que, en la homilía, tuvo unas entrañables palabras para los contrayentes. Explicó las ventajas de acudir a la parroquia para sacralizar el matrimonio y pronunciar el “Sí, quiero ante Dios y ante el mundo”. El coro parroquial, con sus cánticos, nos transportó más allá del espacio físico y material del templo. Fue una ceremonia bella, en cuyas lecturas hubo mucha participación de la familia. Pasamos una grata velada, en todos los sentidos, compartiendo amistad, buena compañía y regocijo. (Más información y fotos en mi blog)
El banquete se celebró en la cueva de los
Majuelos, un ámbito natural, una cueva, convertida en restaurante y adaptada
para este tipo de eventos.
Felicitamos a los recién casados y les
deseamos una larga vida juntos y unidos en amor y santa alianza. También
felicitamos a las familias de los recién casados, a los padres de ambos,
sabiendo con cuánta ilusión llevan a sus hijos al altar.
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