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Pegalajar, Jaén, Spain
Gracias por venir a recorrer estos senderos literarios que han brotado de una fontana silenciosa, sedienta de emoción y de calma. Gracias por leer estos poemas, por beber su aliento, por respirar su aroma, por destilar su esencia, por libar su néctar. Sabed que han brotado de un corazón anhelante que sueña con ser luz y ternura, primavera y sueño, calidez y verso. Mientras lo consigo sigo escribiendo, soñando, amando, enseñando, viviendo y cantando a la vida y al amor, al mar y a la tierra, a la tristeza y al llanto, al suspiro de la brisa y al deseo de los espejos, a la melancolía y a la nostalgia. La vida es como un poema que, en unas ocasiones, nos abre las puertas de paraísos ignotos, de hermosas praderas cuajadas de florecillas silvestres, de exóticos jardines, de luminosas estancias donde germinan los sueños y donde se gesta el amor, pero en otras nos aboca al temblor de los fracasos, al dolor de las heridas, al vacío de las ausencias, al llanto de las tormentas, al furor de las ventiscas, al horror de las contiendas y a la tupida oscuridad de una noche sin luceros. Espero que seas feliz mientras bebes agua de los manantiales de la poesía, de las fontanas del verso.

martes, 22 de septiembre de 2015

LOS ALREDEDORES DE OSLO



 
La visita a los alrededores de Oslo también fue fantástica. Visitamos iglesias y casas de madera. Ese era el material con el que se construían los edificios, sobre todo en el campo y en las montañas. Son viviendas rústicas, pero para el clima tan frío de Noruega son ideales, acogedoras y cálidas.


Después del gran incendio de Oslo se desaconsejó construir viviendas de madera, pero en el campo y en las montañas aún quedan ejemplares. Y la verdad es que gusta verlas.   

 
 



























 
 
 
 
 
 
 


























































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