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Pegalajar, Jaén, Spain
Gracias por venir a recorrer estos senderos literarios que han brotado de una fontana silenciosa, sedienta de emoción y de calma. Gracias por leer estos poemas, por beber su aliento, por respirar su aroma, por destilar su esencia, por libar su néctar. Sabed que han brotado de un corazón anhelante que sueña con ser luz y ternura, primavera y sueño, calidez y verso. Mientras lo consigo sigo escribiendo, soñando, amando, enseñando, viviendo y cantando a la vida y al amor, al mar y a la tierra, a la tristeza y al llanto, al suspiro de la brisa y al deseo de los espejos, a la melancolía y a la nostalgia. La vida es como un poema que, en unas ocasiones, nos abre las puertas de paraísos ignotos, de hermosas praderas cuajadas de florecillas silvestres, de exóticos jardines, de luminosas estancias donde germinan los sueños y donde se gesta el amor, pero en otras nos aboca al temblor de los fracasos, al dolor de las heridas, al vacío de las ausencias, al llanto de las tormentas, al furor de las ventiscas, al horror de las contiendas y a la tupida oscuridad de una noche sin luceros. Espero que seas feliz mientras bebes agua de los manantiales de la poesía, de las fontanas del verso.

viernes, 6 de noviembre de 2015

LA BAHÍA DE LOS SUEÑOS


     


La luz diamantina

de esta tarde coronada de añoranza

y de arrebatos, me conduce hasta la mar

donde sus aladas cimas alimentan sueños líquidos.



La mar serena, la mar en calma

donde el corazón se ensancha, donde la esfera

se curva hasta el infinito y donde el espacio rompe

el silencio detenido de los rompientes en vastos siglos

de peregrinaje inútil hacia ese mar transparente.

 

Contemplo, expectante, el universo álgido de este mar

que, impávido, me secuestra hasta las playas del verso.

Mis pies descalzos acometen las veredas de su cuerpo.

Ardiente delirio de camelias sumergidas

que borra sin remisión el pudor de los naranjos.

El agua en esta bahía, febril se viste de sueños

lo mismo que una cometa navegando en cielo raso.

El alma anclada en ese mar de azucenas

se balancea lentamente. Incesante giro de aletas.

Línea sutil que delimita el poniente.

Geometría crepuscular coloreando celajes

de un abrazo cristalino y diáfano

en el reflejo de tus pupilas que une cielo y mar

en la bahía de los sueños

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