La blanca flor del cerezo,
tan liviana y primorosa, tan bella,y al mismo tiempo tan sensual, tan lozana y tan preciosa
tan sencilla, tan hermosa, tan delicada y efímera.
Hoy es flor, mañana será cereza,
que alegrará el paladar y a la vista ofrecerá
una sutil gama de rojos y de encarnados,
de amarillentos y grana, de carmesíes.
Gracias a la Naturaleza que nos regala este fruto,
para los ojos y el corazón y para el alma del mundo.
¡Gracias!
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